A través de algunos estudios e investigaciones científicas se ha llegado a la conclusión que el tejido adiposo no es solo un tejido de almacenaje rígido y de allí que es necesario limitar el aumento de grasa mientras se gana músculo.
Para algunos especialistas lo más indicado es hacer ciclos entre volumen y marcado corporal, ya que según ellos se toma ventaja de los distintos cambios metabólicos que van ocurriendo como una respuesta a este tipo de proceso.
Así, cuando se comienza a marcar la musculatura después de un tiempo de aumento es el mejor momento para eliminar grasa ya que la tasa metabólica se encuentra elevada de forma significativa y al cortar calorías rápidamente se puede perder grasa.
Sin embargo, después de algunas semanas o meses el cuerpo comienza a acostumbrarse a esa reducción de calorías y se detiene la pérdida de grasa.
Por el contrario, otros investigadores aseguran que la mayoría de los culturistas ganan fácilmente una talla cuando aumentan la cantidad de calorías consumidas después de una etapa de marcaje, debido sobre todo a la restricción de calorías y la incrementación de la sensibilidad de la insulina que ayuda a que las calorías se dirijan a los músculos y no hacia los depósitos de grasa haciendo más sencillo ganar masa muscular.
Existen también pruebas científicas que estudiaron cuál era el efecto de los excedentes de calorías cíclicas con algunas restricciones hechas de forma intermitente alimentando a ratones y dieron como resultado que todos deseaban comer.
Así, los ratones que estaban en el grupo cíclico tuvieron las calorías restringidas en un 50% durante el plazo de siete días siguiendo de otros catorce días de realimentación a voluntad. Algunos de los ratones recibieron también suplementos durante el experimento.
Transcurridas nueve semanas el grupo de las calorías cíclicas con el agregado de suplementos ganaron masa muscular pero magra o sea sin grasa en tanto que el otro grupo de ratones ganó masa muscular en menor medida y con grasa adicional, quedando así demostrado que no es posible comer indiscriminadamente cualquier alimento por el solo hecho de querer ganar masa muscular.
De este tipo de investigaciones queda claro que comer en exceso no permitirá al deportista ganar masa muscular sin acumular grasa y de allí que deberá seguir ciertas reglas como hacer seis comidas diarias de acuerdo a los requerimientos de calorías que se necesiten y continuar haciendo el entrenamiento de forma moderada ya que a menos que se tenga una genética privilegiada se necesitará de ejercicios de cardio para minimizar la ganancia de grasa y por otro lado maximizar la de tejido muscular.
¿Sirve realmente usar el cinturón de entrenamiento?
¿Sirve realmente usar el cinturón de entrenamiento? ¿Sirve realmente como un protector de la espalda baja?
Si bien es cierto que el cinturón de entrenamiento protege la zona lumbar, la duda radica en si es necesario usarlo en todo momento durante el entrenamiento o solo en algunas ocasiones y con determinados tipos de ejercicios.
Cinturón de entrenamientoEn realidad el cinturón ancho, es un complemento del equipo de entrenamiento que se utiliza en ciertas oportunidades y para la realización de algunos ejercicios que demandan un determinado esfuerzo que puede colocar en riesgo la columna lumbar, causando una lesión.
Lo recomendable sería utilizar el cinturón de entrenamiento cuando el esfuerzo a realizarse puede causar una lesión, cosa que no siempre se hace, algunas veces por exceso y otras por falta.
De esta forma, algunas personas lo usan en forma permanente, para todos los ejercicios, inclusive en aquellos donde no es necesario en lo absoluto y otras los hacen en muy pocas ocasiones a veces colocando en riesgo la región lumbar y aquellas que se irradian de la periferia.
Asimismo, e efecto que produce el uso del cinturón en un entrenamiento puede clasificarse en dos tipos, uno fundamentalmente físico, con una gran contracción de tipo intra-abdominal, que permite el uso de cargas importantes sin el riesgo de desequilibrar el conjunto óseo músculo-articular, sobre todo en ejercicios como sentadillas, donde la carga estática impacta de forma directa y angular sobre las vértebras lumbares, discos intervertebrales y músculos que lo rodean.
Un segundo efecto puede definirse como de tipo psicológico, como si fuera un efecto placebo al sentirse protegido y con la región contenida.
Sin embargo, no es conveniente ni recomendable usar el cinturón lumbar de forma permanente porque se anula la acción del “core” o cinturón natural formado por los músculos abdominales transversales y oblicuos.
Se debe usar el cinturón en ejercicios en “estación” que demandan posiciones en equilibrio y nunca utilizarlo cuando se realizan ejercicios con apoyo o en banco donde la parte lumbar se apoya.
El uso indiscriminado del cinturón no permite el fortalecimiento del core, y se genera entonces una dependencia que no permite entrenamientos fuertes sin protección, principalmente cuando el atleta entra en zona de confort con las cargas que usa y se hace necesario su aumento.
Todos los complementos pueden utilizarse si se hace un uso adecuado de ellos y el cinturón lumbar puede ser de gran ayuda para llegar a zonas profundas de trabajo, pero también ser absolutamente contraindicado en la evolución de los cambios de carga.
Hipertrofia sarcomérica y sarcoplasmática
Planificar una correcta rutina de musculación es escencial para lograr resultados adecuados y por ello quienes practican culturismo deben lograr en su entrenamiento tanto la Hipertrofia sarcomérica y sarcoplasmática, siendo para ello indispensable conocer sus diferencias y resultados.
Conceptualmente la hipertrofia es el crecimiento de de un órgano o alguna parte del cuerpo como consecuencia del aumento de tamaño de las células que lo forman y por ello , la hipertrofia muscular es el crecimiento de las fibras musculares que dan como resultado el aumento del músculo.
Esto ocurre debido a que las células del cuerpo contienen fluidos además de otro tipo de unidades celulares como las miofibrillas, que no son otra cosa que pequeñas unidades que tienen la posibilidad de contraerse o estirarse, siendo esenciales para la flexión o extensión propia de los músculos.
Así, la hipertrofia sarcomérica o también conocida como adaptativa o hipertrofia del culturista se genera por el aumento de esas miofibrillas que hacen que la célula se ensanche y también los músculos se agranden. Así, el músculo se vuelve más fuerte y también se endurece por el aumento de sus unidades contráctiles.
Este tipo de hipertrofia se logta entrenando con pesos altos y bajas repeticiones, siendo indicado este tipo de entrenamiento para lograr una adaptación de tipo neurológica que llevará al cerebro a alistar más fibras y aumentar la fuerza.
Por su parte la hipertrofia sarcoplasmática consiste en el aumento de las moléculas de agua y glucosa en los músculos, logrando así un mayor volumen pero sin un aumento exagerado de peso, algo más dirigido a lo estético.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que para lograr una hipertrofia sarcoplasmática debe producirse también una hipertrofia adaptativa.
Como en cualquier entrenamiento deberán sin embargo, fijarse con claridad y específicamente los objetivos para elegir el mejor tipo de rutina a seguir, teniendo en cuenta el momento en que se usa cada una de ellas, el efecto que se pretende, la acción paralela que puede producirse junto con otros productos y las características del individuo.
En ocasiones la obsesión por conseguir un desarrollo máximo de los músculos puede llevar a sufrir de vigorexia, dejando de lado aspectos básicos de una tradicional teoría de entrenamiento fruto de años de investigaciones científicas y por ello la información correcta es indispensable para evitar problemas que pueden afectar la salud del deportista.
Fuente puntofape.com
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